sábado, 31 de mayo de 2014

Ser Educadora celebra su 2º Cumpleblog con un sorteo ¡Anímate a participar!

Pues eso, el blog Aún eres joven cumple dos añitos desde que publicase su primera entrada y lo celebra premiando a l@s lector@s.

¿Qué sortea? Hay tres posibles premios según el gusto y situación de la persona que gane. Veamos:

- Destroza este Diario de Keri Smith.
- Agenda del Embarazo de Tikal.
- La Agenda del primer año del bebé de Tikal.

Más información en el blog de Ser Educadora.

Yo participo ¿y tú?

jueves, 29 de mayo de 2014

El embarazo (2a parte)

Lo último que os conté es que tras la eco de las 20 semanas me pusieron a hacer reposo absoluto, habían detectado que mi cuello del útero estaba casi borrado y esto se podía traducir en un aborto tardío o en un parto prematuro con el consiguiente riesgo para mi bebé.  

La visita al médico fue el martes 3 de septiembre y me pasé los dos días siguientes en la cama, a oscuras y llorando. Todos intentaban animarme sin mucho éxito hasta que mi madre me dijo que llorando las cosas no se solucionarían y que ese estado de ánimo tampoco ayudaba al bebé, el cual notaba mi tristeza. No sé si es del todo cierta esa afirmación pero me ayudó bastante para intentar no llorar.

El jueves por la noche al llegar mi padre del trabajo entró en la habitación para decirme que no podíamos dejar las cosas así y que había que intentar pedir una segunda opinión. Yo era bastante reacia a hacerme ilusiones pero era cierto que no perdíamos nada y en caso de ser verdad podíamos ganar mucho.

Esperé al mediodía del viernes que llegaba mi marido del trabajo y nos fuimos para San Juan de Dios, uno de los mejores hospitales de neonatales en Barcelona. Entramos por urgencias y al ratito nos atendieron, mientras estábamos en la sala de espera entraron dos mamás con sus panzotas de nueve meses y su bolsito para el bebé que ya estaban listas para dar a luz y pensé en si yo llegaría a encontrarme así o finalmente todo saldría mal.

Me atendieron dos doctores bastante jóvenes, un hombre y una mujer, muy simpáticos y amables. Primero les enseñé el informe de la eco morfológica y las ecografías correspondientes a mi cuello del útero, luego pasaron a mirarme ellos mismo con el ecógrafo. Al principio sus caras eran exactamente iguales a las de los otros dos doctores que me habían visto días atrás. Empezó el chico y su primera frase fue "no lo encuentro, prueba tú", así que otra vez para dentro el palito ese esta vez guiado por la doctora... "no, no parece que tenga pero eso no puede ser..." lo movió más adentro y lo fue girando, me hacía daño, pero no estaba yo por quejarme si la cosa era encontrar el maldito cuello. Y por fin las palabras mágicas "¡ahí está! ostras nunca había visto algo así, fíjate dónde lo tiene" Yo miraba a mi marido y mi marido a mí, ambos con cara de "que sean buenas noticias por favor".

Estuvieron un rato mirándolo y midiendo, finalmente me dejaron vestir y entonces nos dijeron que había buenas y malas noticias. Las malas eran que debíamos seguir con reposos estricto ya que mi cuello era corto pero las buenas eran que no era tan corto como lo habían medido en el otro sitio. Y la explicación es que tenía el cuello girado hacia atrás y a la derecha, encontrarlo era difícil y medirlo bien casi imposible, en ese momento no podían saber si me venía de nacimiento o si se había producido la malformación al quedarme embarazada.

La nueva medición indicaba que el cuello estaba en 2cm, lo cual es poco para estar en la semana 20 pero las probabilidades de conseguir aguantar hasta la semana 30 eran altas. Además de esto me mandaron 200mg de progesterona al día por vía vaginal para reforzar la zona. Tendría que hacerme control cada 15 días.

Salimos de allí contentos y positivos, ya no lo veíamos como una hazaña imposible. Podíamos conseguirlo e íbamos a hacer todo lo posible por que así fuera, lo único que tenía que hacer era estar en cama todo el tiempo posible, durante las primeras semanas a ser posible tumbada por completo. Mi madre me hacía el desayuno, la comida y la cena y pasaba ratos conmigo para que no me aburriese tanto. Mi marido en cuanto llegaba a casa del trabajo se tumbaba conmigo en la cama a hacerme compañía y contarme su día.

Al principio lo llevé bastante bien, me entretenía leyendo libros y viendo la tele, tumbada en una cama apenas puedes hacer mucho más. Pasaban las semanas y la cosa se empezó a hacer pesada, sabes que no estás así por gusto, sabes que lo haces por el bien de tu hijo y con eso debería bastar para hacer lo que haga falta pero la realidad no es tan sencilla. Pasaba muchas horas muertas y con demasiado tiempo para darle al coco. Hasta los cinco meses había engordado un kilo por mes pero cuando me metieron a reposo empecé a ganar peso de forma descomunal. Empecé a caer en un estado de hastío insufrible, estaba borde, irascible y muy deprimida. Estar 24h en una cama un día tras otro no es fácil, no quiero pensar la gente que tiene que vivir así...

Estaba en cama, pero me encontraba muy bien. Pasé el segundo trimestre sin apenas darme cuenta, las revisiones me las hacían cada 15 días, mi cuello parecía mantenerse en 2 cm y el enano crecía sano y fuerte.

En la semana 22 empecé a sentirle y esa era mi mayor alegría. Al principio poquito pero a medida que pasaban las semanas él se hacía notar más y su "presencia" me ayudaba mucho. Le hablaba, le leía, le ponía música... fue lo más bonito sin duda de aquellos momentos.




En la revisión de la semana 28 vieron que mi cuello se había acortado un poquito más, estábamos en 1,5 cm y me dijeron que era probable que fuera un bebé prematuro pero que había que esperar, aún había probabilidades de aguantar y con cada semana que pasaba él crecía más y se fortalecía para vivir fuera del útero. El punto a nuestro favor era que yo no tenía apenas contracciones, salvo alguna de Braxton, y eso era una buena señal. No debieron ver la cosa tan mal porque pasé de reposo absoluto a semi XD, es decir, seguía en cama pero ya podía estar semi incorporada, incluso darme algún paseíto por el pasillo de casa o en vez de estar en cama, en el sofá.




Mi marido me trajo el ipad de casa, el ordenador, sopas de letras varias. Me leí todas las revistas mensuales que hay en el mercado sobre bebés, de las cuales hice recortes de artículos que consideré interesantes y útiles cuando hubiera nacido mi niño. Y fue entonces cuando descubrí el inmenso y variado mundo de los blogs de mamás y embarazas. Lo cierto es que me aficioné mucho y me leía casi un blog diario de inicio a fin, entre ellos el de Xiana que fue, en aquel momento, el único en el que me animé a comentar porque estábamos embarazadas las dos y casi del mismo tiempo.

En julio hice muchas compras relacionadas con el peque, el carrito, la habitación… y esto fue llegando a medida que yo hacía el reposo. Un fin de semana convencí a mis padres y mi marido de ir a casa a montar la habitación, yo no movería un dedo, prometido. Y así, yo sentada en un sillón con las instrucciones en la mano y ellos montando la cuna, la cómoda, el armario según yo les decía. Ese fin de semana me sentí muy bien y recuerdo estar pletórica. No terminamos toda la habitación pero los muebles estaban montados y los detalles ya podíamos dejarlos para más adelante.




3er Trimestre

Los síntomas que más recuerdo aparte del súper panzote que tenía (por embarazo y por kilos, no nos engañemos) eran el ardor de estómago, la retención de líquidos que tenía de no moverme y el insomnio, empecé a dormir fatal. Ninguna postura era buena, el enano se movía muchísimo y tampoco a él le convencían mis posturas para intentar dormir XD Sin duda alguna el peor trimestre en cuanto a síntomas incómodos fue el último.





En la semana 33 mi cuello era de 1 cm y empezaba a estar dentro de un estándar para esa semana, así que me levantaron el castigo y pude empezar a caminar. Nos dijeron que eso podía hacer que en cuestión de días se iniciase el parto pero que mi cuello había aguantado muy bien para su sorpresa y que no tenía por qué ser así. Estábamos asustados como es lógico pero llevábamos meses preparándonos para eso y lo habíamos aceptado. Desde la semana 26 yo ya tenía preparada la bolsa del hospital por lo que pudiera pasar así que no nos pillarían "en bragas".


¡Por fin volvimos a casa! Pude dedicarme a terminar de poner en orden su habitación. El primer fin de semana que pude salir fuimos a la feria medieval que hacen todos los años por esas fechas en mi ciudad. Al estar ya en diciembre me pasé todo el mes con mi madre de compras navideñas, así dejaba todo comprado por si finalmente se adelantaba el parto. Reconozco que me costaba permanecer mucho rato de pie y caminar largos tramos me cansaba demasiado pero hice lo que pude porque mi retención de líquidos era horrible y me aconsejaban caminar.




A los quince días volví a la revisión y ¡sorpresa! el bebé se ha movido, ya no está encajado "¿Qué? ¿Cómo? ¿Ahora se mueve?" pues sí, al parecer mi niño decidió en las últimas semanas ponerse del revés. Entonces vino el chiste, yo ya estaba de 36 semanas, el bebé ya no corría peligro y ¿qué pasaba si no se encajaba? tendrían que practicar una cesárea. Quedamos en volvernos a ver en 15 días, justo el día de fin de año volvería a mirar la posición del niño y si seguía en mala posición programaría una cesárea.


31 de diciembre, yo tenía los pies como dos patas de elefante, ¡¡en diciembre!! Me notaba pesadísima, me dolía la espalda horrores, no dormía... y 24 kilazos que había engordado, ahí es nada. En la eco se ve que el enano se ha movido pero no hacia el sitio correcto, ahora estaba en horizontal. Por una parte la señal era buena ya que se había movido pero cada vez tenía menos espacio, menos líquido amniótico y las probabilidades de que se encajase disminuían con cada día que pasaba. Me programaron la cesárea para el día 10 (semana 38+6), ingresaría la noche de antes y me harían una última eco por si se hubiese encajado, en tal caso me mandarían a casa hasta presentar parto de forma natural. Todo esto contando que no me pusiera de parto antes...




Pero no. El 9 de enero a las 18h ingresé en San Juan de Dios lista para verle la carita a mi bebé al día siguiente, si no se había movido, claro.

Aquellos meses se me hicieron eternos, pero el tiempo pasa y ahora me doy cuenta de lo rápido que pasó y de la suerte que tuve.  

Salu2

lunes, 26 de mayo de 2014

El embarazo (1a parte)

1er Trimestre

En la entrada anterior dediqué "dos palabras" al inicio del embarazo, sensación rara y cansancio. Para mí esto define muy bien mi primer trimestre.

Lo primero y más curioso que recuerdo es que desde el momento cero, es decir, incluso antes de saberlo, ya no podía dormir boca abajo. Yo siempre, siempre he conciliado el sueño durmiendo boca abajo, en cuestión de segundos en esa posición me quedo frita. En el mes de mayo del año pasado comencé a quedarme dormida boca arriba... en aquel momento no fui muy consciente y tarde como un mes en darme cuenta que ya no dormía en la posición que tanto me gustaba. Dicen que al principio del embarazo no afecta la posición en la que duermas pero yo no me sentía cómoda y me era totalmente imposible ponerme así. 

¿Y por qué hablo de la posición en la que dormía? pues porque me pasaba el día durmiendo, si, toooodas las horas que me era posible dormir, yo dormía. En el viaje de novios decidimos hacer ruta en coche por Escocia, pues era subirme al coche y quedarme dormida. Mi marido el pobre, aburrido como una ostra siempre al volante con una marmota al lado, hasta que no vimos el positivo en el test no entendimos mi afición a dormir en el coche. Al volver a casa y empezar de nuevo a trabajar la cosa no mejoró, me quedaba dormida antes de cenar en el sofá y por las mañanas me costaba mucho arrancar. En esos primeros meses era imposible ver una película entera o salir a cenar el fin de semana conmigo, no exagero de verdad, el sueño me vencía. Esto me duró hasta el quinto mes de embarazo, que no sé si se me pasó ese cansancio exagerado o que como disponía de más horas para dormir iba más que servida.

Lo de la sensación rara es como llamo yo el estado de mi cuerpo, es decir, yo me sentía a mí misma diferente. Es muy difícil de explicar esta parte, espero que a otras os haya pasado y me entendáis ya que definirlo mejor creo que es imposible XD Era yo misma pero mi cuerpo no era el mismo... 

Lo normal es que el pecho sufra ciertos cambios durante el primer trimestre, normalmente crecen, están más sensibles o incluso pueden doler, los pezones se oscurecen y se agrandan. En mi caso la talla no aumentó en todo el embarazo y apenas noté dolor o mayor sensibilidad. Los pezones se oscurecieron pero fue pasado los primeros meses. 

No pasé por antojos ni tuve ascos a comidas u olores, lo cual me vino genial para poder comer de todo sin problemas. El tema comida está bastante restringido hoy día pero yo tengo que reconocer que mi ginecólogo era bastante permisivo, además según él si compraba las marcas de siempre no tenía por qué abstenerme... aun así no comí nada que no estuviera lavado y cocinado antes. Lo que más eché de menos fue comer sushi.

Por suerte para mí no tuve ningún tipo de sangrado, ni el de implantación, que hay quien lo tiene. Lo que sí noté fueron cambios de humor bastante bruscos... pero no de "pues ahora me enfado" más bien en plan llorona, cualquier película, serie, comentario, foto, etc. me podía hacer llorar. Vamos que estaba muy sensiblona.

Eso es todo lo que recuerdo en cuanto a síntomas.

Como gracias a mi empresa tengo seguro privado, decidí llevar el embarazo con mi ginecólogo habitual y no ir a la SS salvo caso excepcional. Esto me venía bien para poder ver a mi bebé todos los meses ya que por la SS si no me equivoco sólo te hacen tres ecos en todo el embarazo y además, yo que era muy tontina para enseñar mis partes, me sentía más a gusto con ese señor mayor que ha tratado a toda mi familia y con el que llevo ya unos añitos. 

La primera visita fue en la semana 8 en la que nos confirmaron que efectivamente estaba en estado y en la que nos advirtieron de los riesgos que existían y los % de embarazos fallidos en el primer trimestre... salimos de allí un poco tocados, la verdad.


Después de esto compartimos la gran noticia con los futuros abuelos y tíos (por ambas partes) como ya expliqué en la entrada anterior. 

Pasaban las semanas y no teníamos visita hasta la semana 12 pero mi barriga iba en aumento, no por peso (ya que aumentaba un kg por mes) pero crecía más de lo que esperaba y yo me ensanché mucho enseguida, empecé a no poderme poner muchos de mis pantalones. Al final antes de finalizar el primer trimestre informé en el trabajo de mi estado, pronto iba a ser muy evidente.


Fuimos a ver al gine al finalizar el primer trimestre, todo iba estupendamente bien y el feto crecía sin problemas. El Triple Screening había ido muy bien y no eran necesarias más pruebas. Después de esta visita anunciamos al resto de familiares y a los amigos la feliz noticia.



2do Trimestre

Mis síntomas en el segundo trimestre fueron poca cosa, la verdad, me encontraba estupenda. Seguía con mucho cansancio y por consiguiente aún dormía muchas horas. Algunos días sentía punzadas en la zona del útero, el ginecólogo decía que era normal ya que el útero se estaba expandiendo, era molesto pero no llegaba a ser doloroso. Comencé a sentir cierta presión (sin ser exagerado) en la zona pélvica y luego supimos que era el bebé que estaba allí posicionado. Me salieron bastantes granitos por la espalda y la frente, pero ni rastro de estrías. El peor síntoma fue el estreñimiento que comencé a sufrir y el mejor llegó en la semana 22 cuando comencé a ser consciente de los movimientos de mi bebé.

Siguiendo con el relato en el tiempo os cuento que volvimos a vernos en agosto, en la semana 16 con la esperanza de saber si sería un niño o una niña pero no se dejó ver, lo que si pudimos saber es que ya estaba en posición de salida y de ahí que yo notase la presión tan abajo. No dejo la eco ya que nos la hicieron de cara y no se aprecia mucho. Quedamos en vernos para la eco de la semana 20, la morfológica y según nos dijeron la eco más importante ya que se miran todas las zonas del bebé para asegurarse que todo está bien, en esta sabríamos seguro el sexo.




Llegó el día tan esperado, íbamos nerviosos por saber que nuestro bebé estaba bien y por conocer al fin el sexo. Ya teníamos los nombres decididos, Emma si era niña y Ferran si era niño. 

Esta ecografía especial nos la hacía otro ginecólogo que pasa consulta justo al lado del habitual, al parecer es el que suele hacer la morfológica en ese centro. El hombre muy amable nos explicó en que consistía aquella ecografía y nos dijo que ibamos a estar un ratito. Me dijo que antes de empezar con el bebé miraría el cuello del útero (eco vaginal) para hacer la medición, que era algo protocolario y que no tardaría más de unos segundos... pero pasaron segundos y varios minutos y el doctor no nos decía nada ni tampoco empezaba con la otra ecografía. Yo empecé a ponerme nerviosa, mi marido me miraba con cara de no entender nada y finalmente pregunté si ocurría algo. El hombre apartó la mirada del monitor y con pesadumbre me preguntó si nunca me habían mirado el cuello del útero o me habían informado de una anomalía en él, a lo que yo contesté que no, nunca. Volví  a preguntar que ocurría y esta vez su respuesta fue que no encontraba mi cuello del útero, que era muy corto o casi inexistente. Yo empecé a asustarme y a ponerme cada vez más nerviosa y pronto las lágrimas empezaron a descender por mis mejillas, mi marido intentaba consolarme sin mucho éxito ya que se veía que él también lo estaba pasando mal. Lo peor de todo es que para ser sincera en aquel momento no entendía que significaban aquellas palabras, así que no entendía del todo lo que ocurría, yo sólo quería saber si mi bebé estaba bien pero si le daban tanta importancia a ese asunto significaba que había peligro para el bebé, eso era lo único que sí entendía.



Como mi ginecólogo estaba en la consulta de al lado, lo llamaron. Vino al segundo y me hizo otra eco vaginal él mismo para comprobar lo que le decía su colega. Su cara reflejó que el otro doctor no se había equivocado por mucho. Nos dijo que no nos pusieramos nerviosos, que no eran buenas noticias pero que ibamos a intentar tirar para adelante el embarazo, nos dejó con el otro doctor para hacer la ecografía morfológica al bebé y nos dijo que cuando acabasemos pasaramos a su consulta y nos explicaría en detalle de que iba el asunto. 

Como os podéis imaginar nos quedamos chafados el resto de la ecografía y sinceramente apenas nos dimos cuenta cuando pasó con el ecógrafo por la zona genital y nos enseñó los testículos de nuestro futuro niño, tardamos varios segundos en reaccionar y ahí volví a llorar. 

Cuando nos dio los papeles aprovechamos para preguntar por el tema del cuello del útero ya que estábamos muy nerviosos y no podíamos esperar. Nos explicó que un cuello del útero normal en la semana 20 suele ser de entre 4 o 5 cm, podía ser incluso más largo y que este cuello sirve para de alguna manera "sostener" al bebé, este cuello a medida que avanza el embarazo y ya hacia el final se va acortando (borrando) hasta desaparecer para desencadenar el parto. Mi cuello en la semana 20 era de 8mm, según él jamás había visto un cuello tan corto y no entendía como seguía adelante el embarazo en aquella situación ya que lo normal es que hubiese tenido ya un aborto.

Salimos de su consulta hacia la sala de espera más muertos que vivos, se nos había caído el alma a los pies y no pudimos reprimir los sentimientos. Nos quedamos allí sentados, abrazados y llorando mientras esperábamos que mi ginecólogo nos pudiera atender. 

Al cabo de un rato (no sé si corto o largo) nos hicieron pasar y al ver nuestra cara entendió que el colega nos había "informado". Nos explicó más en profundidad el asunto pero venía a ser resumido con lo que el otro ya nos había contado. Nos dijo que el cuello del útero no se mide hasta la semana 20 si no hay antecedentes de problemas y que como yo no los tenía no habían controlado este asunto antes. Nos dijo que con 8mm era imposible ya practicar un cerclaje y que sólo podíamos hacer una cosa, reposo absoluto. Fue sincero con nuestras probabilidades de éxito... pocas, muy pocas. Al estar de pie la gravedad hace su función y el bebé presiona el cuello del útero,  mi hijo desde los tres meses se medio encajó en el canal de parto ya decidido a salir, lo cual empeoraba las cosas. Con el reposo absoluto salvo para ir al lavabo y ducharme tres veces por semana pretendíamos que el cuello no se acortase más. Nos dijo que si conseguíamos llegar a la semana 28 la probabilidad de que el niño viviese eran altas pero que si nacía antes la cosa se podía resumir en un aborto tardío.

Salimos de allí llorando, recuerdo que tenía miedo de moverme, de estornudar, puede parecer tonto pero cuando me dijeron aquello pensé que con cualquier movimiento podía desencadenar en la pérdida de mi bebé. 

En esos días estábamos viviendo en casa de mis padres ya que teníamos el piso en obras por la cocina y el baño. Al llegar recuerdo sentarme en la mesa de la cocina, mi madre estaba toda emocionado por saber si sería un niño o una niña y cuando vio mi cara supo que algo no iba bien. Les explicamos lo que ocurría entre sollozos y me ofrecieron quedarme en su casa durante el resto del embarazo, así no estaría sola en ningún momento y podría hacer el reposo absoluto 100%.

Y así empezó mi "crisis" del embarazo. 

Como este post se está haciendo larguíiiiisimo voy a dejar la otra mitad del embarazo para el siguiente, además son ya casi las doce de la noche y tengo que aprovechar las horas que el enano duerme para dormir yo y ya voy tarde!

Salu2

jueves, 22 de mayo de 2014

La búsqueda y la gran noticia ¿Decirlo o no decirlo?

La decisión de comunicar a familia, amigos y entorno laboral el hecho de estar embarazada es algo que puede llevarte de cabeza cuando por fin ves el positivo.

Primero te pones a buscar el embarazo y esto puedes o no decírselo a los demás. Yo considero que es algo bastante personal y de la pareja además de ser algo que por norma no afecta ni importa a nadie... a saber cuánto puedes tardar en conseguir un positivo y sólo te falta tu madre/abuela/suegra preguntando "¿y este mes qué?"... como ya digo, esto no tiene porqué importar al entorno.

Pero cuando tienes el test en tus manos y ves que esta vez sí, estás embarazada y si todo va bien en "9 meses" serás madre, piensas en tantas cosas...

A mí me pilló sentada en el lavabo de un hotelito Escocés con mi pareja quitándose los zapatos tras un día de visitas y recorridos a lo "guiri". 

Empezando por el principio os cuento que dejamos la anticonceptiva en enero y nos pusimos a buscar el embarazo, complemento de ácido fólico y búsqueda de días fértiles incluídos. Yo estaba en plena crisis preboda ya que me casaba el 11 de mayo y de tener todo listo me encontré con que me fallaba el restaurante por posible cierre ante la crisis, volver a hacer y enviar las invitaciones, etc. Así que pese a ponerle ganas a la búsqueda no estabamos en nuestro mejor momento, la ansiedad y el estrés no ayudan dicen...

Pasó febrero, marzo, abril... por fin llegó el 11 de mayo, nos casábamos y tras todo el trajín de meses atrás llegaría el ansiado viaje de novios, unos días de tranquilidad para nosotros. La misma semana de la boda, para ser exactos el 9 de mayo tenía que venir la indeseable pero no fue así y yo no le dí ninguna importancia ya que por todas es sabido que con nervios y demás se puede retrasar, yo esa semana estaba algo más que nerviosa como os podéis imaginar.

Estando ya en Escocia me notaba rara y muy cansada, al principio pensé que podía ser de tanto estrés acumulado los últimos meses pero cuando caí en la cuenta que ya habían pasado muchos días y la regla no había bajado aún, lo supe. Estabamos de visita en el Castillo de Argyll (Inveraray) y al entrar en la tienda de regalos vi un conejito de peluche, no me preguntéis por qué pero lo quise comprar, necesitaba comprarlo y así se lo conté a mi pareja, el cual se rió diciendo que todos los meses desde que lo buscabamos había tenido señales de estarlo para luego acabar desilusionada...




Pero por si acaso al volver al pueblo pasamos por la farmacia a comprar un test (allí el Clearblue es más barato y además van dos en la caja). Como ya ibamos con la idea de hacer el test esa tarde, me pasé todas las horas que pude aguantando el pipi y por fin llegamos al hotel, me hice el test y en menos de dos segundos 

EMBARAZADA 
2-3 semanas

Al principio no supe que decir, mi pareja me preguntaba ¿qué ha salido? y yo tardé unos minutos en poder contestar, no me lo podía creer. Fue un momento feliz, de los más felices que recuerdo pero a la vez aterrador, la verdad, deseas ser madre pero cuando de pronto te das cuenta que vas a serlo, no sé... yo tenía dudas y miedo, ¿irá todo bien? primera pregunta, y cuando nazca... ¿sabré ser buena madre? segunda pregunta... y así un sin fin de dudas.

Nos pasamos la tarde alucinando y haciendo planes, imaginando como sería nuestro bebé, etc. Entonces llegó el momentazo, ¿qué hacemos?, ¿se lo contamos a la gente?, ¿sólo a la familia?, ¿esperamos pasar el primer trimestre? y un larguísimo etc de preguntas.

Nosotros decidimos primero asegurarnos del embarazo así que estando allí llamé a mi ginecólogo y pedí visita para la semana próxima que ya estaríamos en España. Este nos confirmó que estaba embarazada pero que aún era muy pronto para ver nada más que un puntito en la pantalla del ecógrafo. Antes de darnos la enhorabuena se aseguró de que entendieramos que el primer trimestre suele ser crucial y que muchos embarazos no iban para adelante. 

Pues bien nuestra decisión respecto a decir o no decir fue decirlo, celebrarlo y casi gritarlo pero sólo con algunos. Ese fin de semana preparamos una comida con los futuros abuelos (maternos y paternos) aprovechamos la excusa de darles los regalos de Escocia para juntarlos y uno de los regalos eran unos patucos  de cuadros escoceses con un predictor recién hecho de ese día dentro (limpio, eh). El fin de semana siguiente se lo contamos a mi hermano y a la hermana de mi marido y después pedimos a todos que guardasen el secreto hasta cumplido el primer trimestre. ¿Por qué? básicamente creímos que ellos debían saberlo, al ser los más cercanos y los que seguro en caso de pérdida iban a notar nuestro humor, además de ser los que más nos iban a apoyar. Cumplido ese plazo si que lo anunciamos a bombo y platillo.

En definitiva, hay que hacer lo que apetece y sea como sea, en pareja o con la familia/amigos, etc. CELEBRARLO!!

Hay que ver como me gusta hablar (escribir) que para explicar algo tan tonto os he soltado un rollazo impresionante, espero no haya sido muy aburrido ;-)

Salu2

miércoles, 21 de mayo de 2014

Presentación de una primeriza

Me gustaría presentarme antes que nada, en la red siempre he sido conocida como Birgitte (pj literario) tengo casi 30 años y vivo en Barcelona.  En mayo del año pasado me casé con el que considero el hombre de mi vida después de cinco años de relación/convivencia. Fuimos a Escocia de viaje de novios y estando allí supimos que ibamos a ser papás en enero de 2014 si todo salía bien.



Las primeras entradas del blog las dedicaré a hacer un repaso rápido del embarazo y los primeros meses del peque hasta ponerme al día. No es el primer blog que escribo pero sí el primero sobre esta temática. Espero que mis aventuras como novata entretengan y si puede ser, ayuden a las que como yo son nuevas mamás o pretenden serlo en un futuro.

¡Sed bienvenid@s!