domingo, 31 de agosto de 2014

Mamá a tiempo completo

 Este post lleva un retraso de unos meses pero ahora es cuando tengo un poco de tiempo para dedicarle así que ahí va...

En julio os comentaba que volvía al trabajo tras los meses de la baja maternal+lactancia+vacaciones que ya habían llegado a su fin. Pues el martes día 1 de julio me levanto, ducho, peino y visto en un periquete y por primera vez desde que Ferran nació soy yo la que lo despierta a él, y que penita me dio hacerlo :( Lo vestí, le di el bibe y con todo el dolor del mundo y muchas lágrimas lo dejé en casa de mi madre, él no puso objeciones al quedarse con la yaya.

Llegué a la oficina donde mis compañeras y superiores me recibieron con mucho cariño, como siempre, eso ayuda a pasar el mal trago pero mis pensamientos se iban todo el rato a qué estaría haciendo mi enano. El director financiero, mi superior directo, me ofrece hacer un café en la cocina relajadamente para ir comentando las cosas del trabajo. Hablamos un rato sobre proyectos y demás, entre otras cosas nuevas formaciones, procedimientos que se han hecho mientras yo no estaba y tendría que aprender, etc. A todo esto recordar que yo he estado de baja casi un año ya que al ser un embarazo de riesgo me dieron la baja en el quinto mes por lo que la empresa buscó una sustituta para mi puesto que lleva allí largo tiempo y que al llegar yo seguía allí... el caso es que al volver no me devuelven a mi puesto como tal sino que para darme vidilla y que me vaya adaptando me dicen que hay proyectos nuevos que me van a dar y demás, eso me angustió...

Los cinco días antes de mi incorporación los pasé llorando, apenas dormía y finalmente mi marido y yo hablamos sobre pedir una excedencia, una reducción de jornada o incluso llegado el caso dejar de trabajar si con un sueldo y aprentándonos el cinturón podíamos vivir.

Con mi jefe delante hablando yo sólo pensaba "tres horas al día, sólo vas a verlo tres horas al día" así que finalmente me decidí a pedir la reducción de jornada y fui sincera, antes que empezaramos en serio a tratar nuevos proyectos le dije que me gustaría reducir la jornada para pasar las tardes con mi enano. En mi puesto de trabajo es realmente complicado hacer reducción y si se hace, la empresa está obligada a contratar a alguien para esas horas que no estás porque el trabajo tiene que salir al día sí o sí. Mi jefe me dijo que comprendía la situación y que si él tuviera hijos estaba seguro que le pasaría lo mismo, agradecí de corazón esa frase y sé que lo dijo completamente en serio. Pero para la empresa mi decisión podía perjudicarles y tenían que hablar del asunto y tomar una decisión.

El primer día pasó muy lento y por fin a las cinco y media pude ir a buscar a mi enano, el cual me recibió con una mega sonrisa y según mi madre había estado un poco llorón al principio pero se había portado muy bien.

El miércoles más de lo mismo en el trabajo, un día largo, aburrido y llorando por los lavabos por no poder estar con mi hijo... jamás pensé que podría afectarme tanto la vuelta al trabajo y el tener que separarme de él unas horas, la verdad, suena estúpido.

El jueves por la mañana al llegar el jefe me llama al despacho y me da la carta de despido, a la empresa no le sale a cuenta tenerme dado que tendrán que tener a alguien esas horas... directamente se queda la chica sustituta y ya está... jodido pero lógico por otra parte.

Una parte de mí se derrumbó ya que me gustaba mi trabajo, tenía un buen horario, un salario genial, unos compañeros y jefes fantásticos, si un día tenías una urgencia no había problema, te podías poner enfermo sin que te mirasen mal al día siguiente y así un largo etc de ventajas que a día de hoy es muy difícil encontrar.

Otra parte dijo "¿en serio? ¡Genial!"

Así que denuncia por improcedente, compensación y demás asuntillos legales e intentando ver la parte más positiva de todo, puedo estar con mi hijo. Mi marido y yo lo hemos hablado y hemos decidido que voy a dedicarme a cuidar del enano hasta que entre en la guarde el año que viene así que ahora soy mamá a tiempo completo :)

Salu2

miércoles, 20 de agosto de 2014

¡Mi primer premio, gracias!

¡Hola, hola, hola!

Algun@s habréis creído que ya me había dado por vencida con el blog y reconozco que he estado
apunto dado el poco tiempo que tengo al día para mí peeero las ganas de escribir me han podido una vez más y ahora que ya hemos vuelto de las vacaciones me gustaría ponerme al día.

En otra entrada explico eso de las "vacaciones" teniendo en cuenta que dije hace más de un mes que las había agotado hasta el año que viene ;-) Primero quiero cerrar este asuntillo del premio que nos ha dado Ser Educadora de Aún eres joven, muchas gracias por el detalle!

1. ¿A qué edad pensabas que serías madre?
Siendo sincera, yo no esperaba ser madre. Nunca me plantee serlo así que nunca me hice la pregunta de "¿A qué edad quiero tener hijos?". Después de cinco maravillosos años de relación, sentí que era el momento y deseabamos hacerlo así que fuimos a buscarlo.

2. ¿Cuanto tiempo llevas o estuviste intentándolo?
  Tuvimos mucha suerte, el tercer mes de búsqueda hicimos diana.

3. ¿Tienes algún tipo de malformación uterina? Si no la tienes ¿conocías este tipo de problema?
Tengo el útero en retroversión pero según me dijeron no debía afectar a la hora de concebir y de hecho vimos que lo tenía así una vez nació mi enano. Y sí, conozco algún caso cercano.

4. ¿Cual consideras que debe ser el producto estrella en un bebé?
humm...ahora me doy cuenta de la cantidad de cosas que hemos comprado/ nos han regalado y apenas hemos usado/ no hemos usado. Me cuesta encontrar un productor estrella como tal y creo que para cada bebé habrá uno diferente, mi hijo a usado mucho y nos viene muy bien la manta de juegos ya que desde los tres meses le encanta estar en el suelo jugando.

5. ¿Eres de ropa modernita para bebé o de ropa tradicional con capota y puntilla?
Reconozco que lo tradicional me da urticaria, respeto que hay a quien le pueda gustar pero a mí no me va y no he dejado que le regalen nada así al enano.

6. Tus 2 nombres favoritos para niña.
Emma y Alexandra.

7. Tus 2 nombres favoritos para niño.
Ferran y Marc.

8. ¿Escuela infantil o en casa con mamá?
De momento en casa con mamá hasta los dos años.

9. ¿De pecho o de biberón?
Por las circumstancias que se dieron mi hijo ha tomado biberón desde su tercer día de vida pero no soy más partidaria de una cosa ni de la otra, cada mamá con su situación.

10. ¿Eres de colechar o de cuna en otra habitación?
Ni a favor ni en contra del colecho, a veces hemos dormido juntos si el enano ha tenido una mala noche y las siestas también las hacemos a veces juntos en la cama de mamá y papá pero por norma él duerme en su cuna en otra habitación.

11. ¿Qué tienes que cumplir antes de morir?
Mi deseo es ir a vivir a un pueblecito y dejar la ciudad, allí abrir un negocio y vivir de otra manera.

Y dicho esto nomino a...

Con final feliz
Crónicas de Infertilidad
Donde caben dos,,,
Cuando embarazarse es maravilloso
Home Baby's
La cigüeña no viene a Alemania
Mamá y Bloguera
Nuestro primer bebé

Y me quedan tres nominaciones pero no tengo más tiempo así que lo dejo aquí, las preguntas son:

1. ¿Cuándo supiste que querías ser mamá?
2. ¿Tu pareja tenía claro el ser padre?
3. ¿Tienes mascota, cómo afecta/afectará al bebé?
4. ¿Crees que es bueno estimular al bebé?
5. ¿Lactancia materna/artificial exclusiva hasta los seis meses o introducción de alimentación complementaria antes?
6. ¿Qué deseas enseñar a tus hijos?
7. ¿Le pondrás/pones dibujos animados "de los de antes"? (David el Gnomo, Heidi...)
8. ¿Qué papel esperas que tengan los abuelos en la vida de tus hijos?
9. ¿Te has sentido juzgada por otras mamás?
10. ¿Qué haces en tu tiempo libre?
11. ¿Niño o niña?

¡Buenas noches!

sábado, 28 de junio de 2014

Vuelta a la realidad

El martes día 1 de julio termina mi baja maternal a la que sumé lactancia y vacaciones, es decir, salvo tres días que he guardado no tendré más días libres hasta finales de año para estar con mi enano. Llevo dos días que lloro cada vez que pienso en el asunto, separarme de él me produce una gran angustia. Todos a mi alrededor me dicen que es normal pasarlo mal los primeros días pero que me acostumbraré y tal vez sea así pero... ¿Cómo voy a acostumbrarme a estar con él sólo tres horas al día? y es que mi horario habitual es hasta las cinco de la tarde, con media hora para comer en el mismo trabajo. Sumando lo que tardo en llegar a por él y teniendo en cuenta que se duerme a las ocho y media... paso más horas sin él que con él (despierto) y esto no me entra en la cabeza. 

Tengo la gran suerte que en dos semanas mi empresa empieza la jornada de verano por lo que podré salir a las tres y pasar las tardes con él, aprovechar el verano juntos pese a no tener más días de vacaciones.

Cuando me quedé embarazada ya sabía que no podría dejar de trabajar, así que asumí que tras la baja tendría que volver al trabajo y creí que no me costaría hacerlo ya que me gusta y disfruto de mi trabajo. Una parte de mí creía que sería capaz de soportarlo dado que nunca he sido muy niñera y mi instinto maternal no sería gran cosa, pero me equivocaba y mucho.

Desde que pusieron a mi enano sobre mí por primera vez supe que me costaría horrores separarme de él llegado el momento y he pasado de pensar en este momento durante la baja para no venirme a bajo antes de tiempo.

Me quedan dos días con él y no los estoy apenas disfrutando por las lloreras que me dan, encima el enano está irritadísimo con la salida de los dientes y eso tampoco ayuda ¬.¬

Ahora es cuando vengo a reivindicar lo que toda madre trabajadora lleva años haciendo ¿Por qué la baja maternal es sólo de 16 semanas? ¿Acaso un bebé deja de necesitar a su madre para entonces? No pueden pretender que tras dar a luz una madre y un hijo durante 16 semanas pasen las 24h juntos y de un día para el otro pasen a estar juntos sólo 3h (+11h de sueño), es inhumano y espero que a no mucho tardar las cosas cambien en este país de pandereta.

Para mi tranquilidad mi hijo se va a quedar al cargo de mi madre y sé que va a estar muy bien cuidado y mimado pero ojalá pudiera ser yo... hay tantos primeros momentos que seguramente me perderé que si lo pienso bfff.

Esta entrada es más de desahogo que otra cosa porque si comento mi ansiedad con los míos todos me dicen lo mismo: "estás exagerando, no es para tanto ya verás que al segundo día ni lo notas..." y podría sacar fuego por la boca si vuelvo a oír eso.

miércoles, 18 de junio de 2014

Y así llegó mi enano

En el post El Embarazo (2a Parte) expliqué mis nueve meses, cuatro de ellos como embarazo de riesgo. Dejé por explicar la parte más bonita de todas, el día que nos vimos las caras el enano y yo.

Como todo estaba programado pasamos por ingresos, nos subieron a planta y nos dieron una habitación que si todo iba según lo previsto sería la definitiva una vez nacido el bebé. La habitación 713.

Nos dijeron que en breve pasaría el médico de turno a hacerme la eco y que en función de como estaba me quedaría allí esa noche o me mandarían a casa. Me pusieron las correas para hacer seguimiento del bebé y de mis contracciones. Reconozco que llegados a ese punto yo ya quería ver a mi niño así que una parte de mí esperaba que siguiera en la misma posición y podernos conocer al día siguiente aunque el precio fuera una cesárea. Además el dolor de pies, piernas y espalda que yo tenía a causa de la retención de líquidos me superaba y en más de una ocasión los últimos días me sorprendí llorando de impotencia, ya apenas podía caminar.

El chico llegó (sí, chico, porque era más joven que yo y casi diría recién salido de la facultad) en una media hora, era muy simpático y nada brusco. Me hizo la eco y parecía que el enano se había vuelto a mover pero no estaba encajado tampoco, esta vez estaba en diagonal por explicarlo de alguna manera, su hombro estaba encajado en el canal de parto. El médico dijo que él me mandaría a casa a esperar pero que no lo tenía claro y que iba a consultarlo.

En ese momento una parte de mí pensó "Genial, podré vivir la gran experiencia" y otra pensó "si tengo que seguir así por más tiempo me hundo".

Vino otro médico, este ya se veía más mayor y experimentado. Hizo otra eco para valorar y me dijo que en la posición que se encontraba bien podía terminar de encajarse o no hacerlo dado que según la eco apenas había líquido amniótico para hacerlo. Pregunté garantías y me dijo que ninguna, no había forma de saber si se movería o no y de hacerlo que fuera en la posición correcta. Podía ponerme de parto y de seguir así todo acabaría en cesárea de todas formas así que decidí: mi hijo nacería al día siguiente. A los nueve años tuve un accidente con un patinete de playa, diagnóstico perforación del intestino grueso. Por esto he tenido siempre una cicatriz que va desde el ombligo hasta la línea del bikini. Cuento esto porque el médico me dijo que podían aprovechar esa cicatriz para la cesárea y así no tener que hacer una nueva, evidentemente dije que sí, total a esa cicatriz ya estaba más que acostumbrada y hacerme otra como que no... así que me harían la cesárea como las hacían hace unos años, en vertical.



Me quedé ingresada con mi marido haciendo compañía, hablamos, reímos e imaginamos como iba a cambiar todo en cuestión de unas horas. Me subieron la cena pero yo estaba muy nerviosa para comer y sinceramente la comida de hospital no me apetecía nada. Me dejaron un camisón especial y una lavativa que debía ponerme antes de las siete que sería cuando me vendrían a buscar dado que iba a ser la primera en ocupar quirófano.

Conseguí dormir hasta las tres de la madrugada que me levanté para ir la baño y a partir de ahí ya me fue imposible. Me pasé las horas siguientes con el móvil leyendo y escuchando música, y nerviosa, muy nerviosa.

Por fin eran las seis, fui al baño a ponerme la lavativa y el camisón especial y luego me tumbé a esperar que vinieran a por mí mientras pasaba el rato hablando con mi marido. Se suponía que pasarían a las siete pero no fue el caso, ya nos advirtieron que no iban  a ser puntuales según las urgencias que hubiesen entrado esa noche. En eso que llegaron mis padres y a los pocos minutos mis suegros. La llegada de mis padres la esperaba, de hecho soy de esas personas que tener cerca a mis padres en momentos así me tranquiliza, así que lo agradecí. Por el contrario no contaba con mis suegros hasta media mañana que sería cuando nos subirían a la habitación con Ferran ya nacido. No se me entienda mal, yo me llevo muy bien con ellos y les tengo mucho cariño pero hay veces que me superan y necesito espacio, aquella mañana era una de esos días. Para colmo se presentan allí ambos resfriados como si nada. Mi marido les dejó claro que nada de tocar o acercarse al niño estando así y no tuvieron otra que asentir.

Por fin llegaron los camilleros, me despedí de todos incluido mi marido, con el que me encontraría ya en quirófano una vez estuviera todo listo. Me bajaron en un ascensor y al llegar abajo me ponen en manos de una enfermera la cual para mi sorpresa resulta ser una compañera mía de instituto a la que hacía años que no veía. Esto me calmó un poco los nervios ya que estuvimos un rato hablando y no tuve que pensar en lo que venía a continuación. Ella me dejó en la sala de reanimación junto a otra mujer que estaba allí por una operación de rodilla y que al saber que iba a ser mamá no pudo evitar alegrarse y darme los consejos de turno. Allí estuve un buen rato, exactamente no sé cuanto pero se me hizo eterno.

Un hombre se acerca, me dice que es el anestesista y que vamos hacia el quirófano a poner la epidural. Llegamos, me trasladan a una especie de camilla y me hacen sentar en plan indio sujetándome los pies. "El pinchazo te va a doler y cuando pase el líquido notarás escozor pero no debes moverte, es muy importante, después entrará tu marido" dicho y hecho, dolió, escoció y finalmente pasó. Poco a poco noté un hormigueo que me recorría las piernas y en cuestión de minutos dejé de tener el control sobre ellas. Me tumbaron y me pusieron los brazos en forma de cruz, me tenían monitorizada todo el rato y al bebé también. Recuerdo sobre todo el frío y los escalofríos que recorrían mi cuerpo de tal forma que tenía algunos espasmos. La matrona se me presentó y me dijo que estaría allí en todo momento vigilando al bebé y que se encargaría de él cuando naciera, muy amable me preguntó si prefería poner alguna cadena de radio especial y propuse rock fm, me hizo gracia saber que iba a estar escuchando música en aquel momento. Por fin llegó mi chico, que ganas tenía de verlo con lo nerviosa que estaba, le dijeron que se pusiera junto a mí sentado en un taburete. Me dijo que habían pasado varias horas y que eran las diez de la mañana. 

En minutos empezó a entrar el equipo necesario, poca gente para lo que yo me había imaginado. Nos dijeron que el bebé nacería en diez minutos aproximadamente y que nos lo darían, luego tardarían una media hora en coserme y demás. Y así fue, nos vino el olor característico de carne quemada que dejaba claro que me habían abierto y en minutos noté una fuerte sacudida que me movió entera y entonces un breve lloro, más parecido a un maullido de gato que al llanto de un bebé. "¡Ya está aquí!" dije mientras lloraba y miraba a mi marido llorar de alegría. Mi enano nació a las 10:20 de la mañana del 10 de Enero de 2014. Midió 51 cm y pesó 3,460 kg. Tardaron segundos en taparlo, la matrona lo trajo para que el papá lo cogiera y lo pusiera a mi lado. Como yo no podía moverme, mi marido lo sostuvo todo el rato cerca de mi cara desde donde podía hablarle y besarle, era lo más bonito que había visto nunca. Tenía un color rojito, poquito pelo, abría y cerraba los ojitos con esfuerzo y lo que más nos sorprendió es que no paraba de bostezar. 

En el quirófano hacía frío así que lo teníamos tapadito y con su gorrito, como aún no lo habían limpiado ni nada estaba desnudo bajo las mantas. Recuerdo que se destapaba los pies al moverlos y mi marido, novato total, le dijo a la matrona (la cual no se movió de al lado nuestro por si necesitábamos algo) "oiga se ha destapado la pata" como si de un cachorro se tratase, todos se rieron XD y no lo entendáis mal, es que nosotros tenemos perros y lo más cerca que mi pareja ha estado de algo tan pequeño es de nuestros perros cuando eran cachorritos así que era la costumbre. Nos quedará siempre como una anécdota de aquel maravilloso día.

Otro increíble recuerdo que casi parece que me lo invente pero juro por mi enano que es cierto es que en el momento en que noté que lo sacaban y lo oímos llorar por primera vez sonaba en la radio una de mis canciones favoritas, una canción que usamos como entrada el día de nuestra boda y que para nosotros es muy especial, el Sweet Child O'mine de Guns N'Roses. Fue un momentazo, la verdad, y ponerle banda sonora no tuvo precio.

Pasó un rato, no sé cuanto y por fin nos sacaron de allí. Como tenía la tensión baja y aún estaba con el efecto de la anestesia me dejaron en la sala de reanimación, en principio papá y el enano iban a quedarse conmigo pero en la sala había más gente de la esperada y nos dijeron que era mejor que subieran a la habitación. Así que les dí un beso y para mi desgracia tuve que quedarme allí sola. Mi marido con el enano en brazos subió acompañado de un enfermero hasta la habitación donde los esperaban los abuelos.

sábado, 14 de junio de 2014

Conciliar el sueño



 
Mi enano tiene ya cinco meses y desde que nació conciliar el sueño es todo un reto para él. Cuando era más bebé se medio dormía con el biberón en la boca pero al ratito abría los ojos de par en par y tenía que mecerlo un buen rato, a veces incluso ponerle la mano sobre los ojos para obligarle a cerrarlos. Entonces los gases y el estreñimiento hacían de las suyas, calmarlo era difícil. Cuando al fin se dormía lo poníamos en la minicuna y como si tuviera agujas abría los ojos de par en par, y vuelta a empezar... por este motivo más de una noche durmió encima mío, era de las pocas formas que tanto él como yo dormíamos.

A partir de los tres meses la cosa mejoró cuando empecé a darle papilla de fruta natural, (sí, con tres meses y sin que me lo dijera el pediatra, que mala soy) El niño empezó a hacer caca cada día y tirarse los pedetes sin necesidad de masajes ni ayuda. Esto le ayudó a dormir mejor por las noches, además empecé a ponerle boca abajo (me salto todas las recomendaciones, lo sé) ya que boca arriba siempre se despertaba al minuto de dejarlo y leches, ¡el niño tendrá que dormir! yo dormía menos si cabe porque me pasaba las horas vigilando.Tiene cogido su horario: a las ocho el baño, luego la cena, unos mimos y a dormir... y cuando se duerme sólo se despierta una vez más a media noche para un bibe y sin abrir lo ojos se vuelve a quedar frito (la única vez que no le cuesta).

Pero el problema de mi hijo no es el dormir, es conciliar el sueño. Pasados los cuatro meses las señales del sueño son evidentes y cuando ves que bosteza,  se rasca lo ojitos, se toca las orejas o si está en brazos se restrega contra tu pecho sabes que está que se cae de sueño, por no hablar del brillo de los ojos tan característico. Yo cuando veo esto lo cojo en brazos, lo acuno e intento que se duerma. Un momento que debería ser placentero se convierte en una pesadilla tanto para él como para mí. Llora y patalea como si lo estuvira ahogando. Y es que mi hijo es un niño muy activo y bastante nerviosete, le cuesta mucho relajarse y tranquilizarse, dormir estando nervioso todos sabemos que no es posible.
 
Durante el día al chupete no le hace ni caso, no lo quiere, en cambio para dormirse lo coge con ansia y lo muerde con fuerza como si la vida le fuera en ello. La familia me insiste en que son los dientes pero ¿es posible que lleve tantos meses con los dientes y aún no haya ninguno? no lo sé. Es verdad que desde hace unas semanas se le ven dos partes más blancas en las encías inferiores pero esto no le pasa desde hace unas semanas, esto viene de lejos.

En cuanto a las siestas no conseguía que durmiera más de 30 minutos, era como si tuviera un reloj interno que a la media hora de acostarlo se despertaba. Así que con lo que cuesta que se duerma y lo poco que duerme, yo me desespero. 

He leído y buscado mucha información sobre el sueño. He escuchado y probado de todo, reconozco que hasta intenté el método stivill dado que me llora en brazos o de cualquier manera que intente dormirlo pensé ¿Por qué no? lloró, pasó un minuto y entré, siguió llorando... tres minutos y entré, siguió llorando... ya no pude dejar más minutos, entré lo cogí y le pedí cien veces perdón por intentar algo así. Y es que no, no juzgo a nadie por hacerlo y oye si les funciona y son capaces de soportar el llanto pues enhorabuena, pero yo no soy capaz. Pasé unos minutos horribles, me subía un "algo" por la espalda que me hacía sentir fatal y no lo pude aguantar. 

Total que volvimos a lo de cada día cuando llega la hora de dormir, ya sea siesta o noche. Cogerlo, chupete, mecerlo, besarlo... y él llorando y pataleando, a la que te descuidas ojos abiertos como platos y girando la cabeza para mirar a su alrededor, desesperante. 

Pero hace unas semanas decidí no insistir, cuando motró signos de cansancio y de tener sueño no lo cogí para dormirlo. Lo cogí y lo senté en mi regazo, le puse su chupe y le empecé a cantar flojito, al principio seguía con su nerviosismo de siempre pero al ratito empezó a escucharme, apoyó su cabecita en mi pecho y se dedicó a jugar con su chupete mientras me oía cantar La Gallina Co-co-ua. Poco a poco empezó a relajarse, cada vez se movía menos, hasta se sacó el chupete y se lo quedó en la mano y finalmente los ojitos se le fueron cerrando hasta quedarse dormido. 

¡Aluciné! sin lloros, sin pataleos, sin desesperos... en quince minutos el enano se durmió. Lo llevé a su cuna y durmió plácidamente sin despertarse a la media hora. Y es que al parecer no dormirse en el profundo estado de nervios con el que solía hacerlo le ayudó a tener un sueño más sano. ¿Funciona siempre? sí, siempre. Desde ese día mi hijo consigue quedarse dormidito sin llorar, pero ojo, tiene que ser con La Gallina co-co-ua, porque si le cambio la canción se cabrea XD 

Tal vez para mucha gente la solución era sencilla y evidente, para mí ha sido muy difícil... la solución para que mi hijo duerma es no obligarlo a dormir, sino ayudarlo a relajarse. Ya he oído varias opiniones sobre lo que hago, evidentemente muchas en contra ya que lo estoy acostumbrando mal.
Pero hay una cosa que tengo clarísima y es que digan lo que digan yo voy a hacer siempre lo que considere mejor para el bienestar y la felicidad de mi hijo. Así que el pediatra, la enfermera, mi madre, abuela, suegra... ya pueden decir misa que si tengo que cantar, canto y si tengo que hacer el pino puente, lo hago.

lunes, 2 de junio de 2014

De pronto ¡me giro!


Quiero hacer una mini entrada dedicada a mi enano que ayer dio su primer giro. Recién levantado siempre está de muy buen humor, dedica unas sonrisas que te dejan lela durante un ratito. Estaba tumbado boca abajo en su cuna pero apoyado ya completamente sobre sus brazos y espalda, jugaba o más bien, babeaba su conejito y miraba a su padre que le estaba diciendo y haciendo monerías. Yo mientras tanto preparaba la ropa para salir ya que por fin después de semanas de mal tiempo, ayer salió el sol.


Mi marido mide 1'93cm, así que es muy alto y desde la cuna el enano para poder mirarlo tuvo que levantar mucho la cabeza, tanto, tanto queeee ¡uy! ¿Qué ha pasado? se giró sobre sí mismo a la derecha. La primera reacción fue cara de susto, no comprendía lo que acababa de hacer pero nosotros reaccionamos riendo y aplaudiendo, al ver que mamá y papá sonreían él también se puso a sonreír. Quisimos grabarlo en vídeo así que volvimos a ponerlo boca abajo con la esperanza que lo repitiera y ¡lo hizo! al parecer le cogió el gusto y ayer cada vez que estaba boca abajo él se balanceaba buscando la manera de girarse y en más de una ocasión lo logró. Las primeras reacciones cada vez que giraba eran de cara de "no sé si reír o llorar" pero al ver nuestras reacciones reía, reía con muchas ganas.

Esta mañana lo ha repetido así que ya lo ha aprendido, ahora toca girar hacia el lado contrario. Para ellos estos pequeños avances son grandes gestas y para nosotros poder verlo es ilusión, orgullo y un poquito de pena, hace casi dos días era un bebé que apenas podía abrir lo ojitos y cada día que pasa crece más, pero hay que mirar lo bueno: nosotros crecemos como padres con él.

Salu2

PD: En la foto os presento a mi enano, Ferran.

sábado, 31 de mayo de 2014

Ser Educadora celebra su 2º Cumpleblog con un sorteo ¡Anímate a participar!

Pues eso, el blog Aún eres joven cumple dos añitos desde que publicase su primera entrada y lo celebra premiando a l@s lector@s.

¿Qué sortea? Hay tres posibles premios según el gusto y situación de la persona que gane. Veamos:

- Destroza este Diario de Keri Smith.
- Agenda del Embarazo de Tikal.
- La Agenda del primer año del bebé de Tikal.

Más información en el blog de Ser Educadora.

Yo participo ¿y tú?

jueves, 29 de mayo de 2014

El embarazo (2a parte)

Lo último que os conté es que tras la eco de las 20 semanas me pusieron a hacer reposo absoluto, habían detectado que mi cuello del útero estaba casi borrado y esto se podía traducir en un aborto tardío o en un parto prematuro con el consiguiente riesgo para mi bebé.  

La visita al médico fue el martes 3 de septiembre y me pasé los dos días siguientes en la cama, a oscuras y llorando. Todos intentaban animarme sin mucho éxito hasta que mi madre me dijo que llorando las cosas no se solucionarían y que ese estado de ánimo tampoco ayudaba al bebé, el cual notaba mi tristeza. No sé si es del todo cierta esa afirmación pero me ayudó bastante para intentar no llorar.

El jueves por la noche al llegar mi padre del trabajo entró en la habitación para decirme que no podíamos dejar las cosas así y que había que intentar pedir una segunda opinión. Yo era bastante reacia a hacerme ilusiones pero era cierto que no perdíamos nada y en caso de ser verdad podíamos ganar mucho.

Esperé al mediodía del viernes que llegaba mi marido del trabajo y nos fuimos para San Juan de Dios, uno de los mejores hospitales de neonatales en Barcelona. Entramos por urgencias y al ratito nos atendieron, mientras estábamos en la sala de espera entraron dos mamás con sus panzotas de nueve meses y su bolsito para el bebé que ya estaban listas para dar a luz y pensé en si yo llegaría a encontrarme así o finalmente todo saldría mal.

Me atendieron dos doctores bastante jóvenes, un hombre y una mujer, muy simpáticos y amables. Primero les enseñé el informe de la eco morfológica y las ecografías correspondientes a mi cuello del útero, luego pasaron a mirarme ellos mismo con el ecógrafo. Al principio sus caras eran exactamente iguales a las de los otros dos doctores que me habían visto días atrás. Empezó el chico y su primera frase fue "no lo encuentro, prueba tú", así que otra vez para dentro el palito ese esta vez guiado por la doctora... "no, no parece que tenga pero eso no puede ser..." lo movió más adentro y lo fue girando, me hacía daño, pero no estaba yo por quejarme si la cosa era encontrar el maldito cuello. Y por fin las palabras mágicas "¡ahí está! ostras nunca había visto algo así, fíjate dónde lo tiene" Yo miraba a mi marido y mi marido a mí, ambos con cara de "que sean buenas noticias por favor".

Estuvieron un rato mirándolo y midiendo, finalmente me dejaron vestir y entonces nos dijeron que había buenas y malas noticias. Las malas eran que debíamos seguir con reposos estricto ya que mi cuello era corto pero las buenas eran que no era tan corto como lo habían medido en el otro sitio. Y la explicación es que tenía el cuello girado hacia atrás y a la derecha, encontrarlo era difícil y medirlo bien casi imposible, en ese momento no podían saber si me venía de nacimiento o si se había producido la malformación al quedarme embarazada.

La nueva medición indicaba que el cuello estaba en 2cm, lo cual es poco para estar en la semana 20 pero las probabilidades de conseguir aguantar hasta la semana 30 eran altas. Además de esto me mandaron 200mg de progesterona al día por vía vaginal para reforzar la zona. Tendría que hacerme control cada 15 días.

Salimos de allí contentos y positivos, ya no lo veíamos como una hazaña imposible. Podíamos conseguirlo e íbamos a hacer todo lo posible por que así fuera, lo único que tenía que hacer era estar en cama todo el tiempo posible, durante las primeras semanas a ser posible tumbada por completo. Mi madre me hacía el desayuno, la comida y la cena y pasaba ratos conmigo para que no me aburriese tanto. Mi marido en cuanto llegaba a casa del trabajo se tumbaba conmigo en la cama a hacerme compañía y contarme su día.

Al principio lo llevé bastante bien, me entretenía leyendo libros y viendo la tele, tumbada en una cama apenas puedes hacer mucho más. Pasaban las semanas y la cosa se empezó a hacer pesada, sabes que no estás así por gusto, sabes que lo haces por el bien de tu hijo y con eso debería bastar para hacer lo que haga falta pero la realidad no es tan sencilla. Pasaba muchas horas muertas y con demasiado tiempo para darle al coco. Hasta los cinco meses había engordado un kilo por mes pero cuando me metieron a reposo empecé a ganar peso de forma descomunal. Empecé a caer en un estado de hastío insufrible, estaba borde, irascible y muy deprimida. Estar 24h en una cama un día tras otro no es fácil, no quiero pensar la gente que tiene que vivir así...

Estaba en cama, pero me encontraba muy bien. Pasé el segundo trimestre sin apenas darme cuenta, las revisiones me las hacían cada 15 días, mi cuello parecía mantenerse en 2 cm y el enano crecía sano y fuerte.

En la semana 22 empecé a sentirle y esa era mi mayor alegría. Al principio poquito pero a medida que pasaban las semanas él se hacía notar más y su "presencia" me ayudaba mucho. Le hablaba, le leía, le ponía música... fue lo más bonito sin duda de aquellos momentos.




En la revisión de la semana 28 vieron que mi cuello se había acortado un poquito más, estábamos en 1,5 cm y me dijeron que era probable que fuera un bebé prematuro pero que había que esperar, aún había probabilidades de aguantar y con cada semana que pasaba él crecía más y se fortalecía para vivir fuera del útero. El punto a nuestro favor era que yo no tenía apenas contracciones, salvo alguna de Braxton, y eso era una buena señal. No debieron ver la cosa tan mal porque pasé de reposo absoluto a semi XD, es decir, seguía en cama pero ya podía estar semi incorporada, incluso darme algún paseíto por el pasillo de casa o en vez de estar en cama, en el sofá.




Mi marido me trajo el ipad de casa, el ordenador, sopas de letras varias. Me leí todas las revistas mensuales que hay en el mercado sobre bebés, de las cuales hice recortes de artículos que consideré interesantes y útiles cuando hubiera nacido mi niño. Y fue entonces cuando descubrí el inmenso y variado mundo de los blogs de mamás y embarazas. Lo cierto es que me aficioné mucho y me leía casi un blog diario de inicio a fin, entre ellos el de Xiana que fue, en aquel momento, el único en el que me animé a comentar porque estábamos embarazadas las dos y casi del mismo tiempo.

En julio hice muchas compras relacionadas con el peque, el carrito, la habitación… y esto fue llegando a medida que yo hacía el reposo. Un fin de semana convencí a mis padres y mi marido de ir a casa a montar la habitación, yo no movería un dedo, prometido. Y así, yo sentada en un sillón con las instrucciones en la mano y ellos montando la cuna, la cómoda, el armario según yo les decía. Ese fin de semana me sentí muy bien y recuerdo estar pletórica. No terminamos toda la habitación pero los muebles estaban montados y los detalles ya podíamos dejarlos para más adelante.




3er Trimestre

Los síntomas que más recuerdo aparte del súper panzote que tenía (por embarazo y por kilos, no nos engañemos) eran el ardor de estómago, la retención de líquidos que tenía de no moverme y el insomnio, empecé a dormir fatal. Ninguna postura era buena, el enano se movía muchísimo y tampoco a él le convencían mis posturas para intentar dormir XD Sin duda alguna el peor trimestre en cuanto a síntomas incómodos fue el último.





En la semana 33 mi cuello era de 1 cm y empezaba a estar dentro de un estándar para esa semana, así que me levantaron el castigo y pude empezar a caminar. Nos dijeron que eso podía hacer que en cuestión de días se iniciase el parto pero que mi cuello había aguantado muy bien para su sorpresa y que no tenía por qué ser así. Estábamos asustados como es lógico pero llevábamos meses preparándonos para eso y lo habíamos aceptado. Desde la semana 26 yo ya tenía preparada la bolsa del hospital por lo que pudiera pasar así que no nos pillarían "en bragas".


¡Por fin volvimos a casa! Pude dedicarme a terminar de poner en orden su habitación. El primer fin de semana que pude salir fuimos a la feria medieval que hacen todos los años por esas fechas en mi ciudad. Al estar ya en diciembre me pasé todo el mes con mi madre de compras navideñas, así dejaba todo comprado por si finalmente se adelantaba el parto. Reconozco que me costaba permanecer mucho rato de pie y caminar largos tramos me cansaba demasiado pero hice lo que pude porque mi retención de líquidos era horrible y me aconsejaban caminar.




A los quince días volví a la revisión y ¡sorpresa! el bebé se ha movido, ya no está encajado "¿Qué? ¿Cómo? ¿Ahora se mueve?" pues sí, al parecer mi niño decidió en las últimas semanas ponerse del revés. Entonces vino el chiste, yo ya estaba de 36 semanas, el bebé ya no corría peligro y ¿qué pasaba si no se encajaba? tendrían que practicar una cesárea. Quedamos en volvernos a ver en 15 días, justo el día de fin de año volvería a mirar la posición del niño y si seguía en mala posición programaría una cesárea.


31 de diciembre, yo tenía los pies como dos patas de elefante, ¡¡en diciembre!! Me notaba pesadísima, me dolía la espalda horrores, no dormía... y 24 kilazos que había engordado, ahí es nada. En la eco se ve que el enano se ha movido pero no hacia el sitio correcto, ahora estaba en horizontal. Por una parte la señal era buena ya que se había movido pero cada vez tenía menos espacio, menos líquido amniótico y las probabilidades de que se encajase disminuían con cada día que pasaba. Me programaron la cesárea para el día 10 (semana 38+6), ingresaría la noche de antes y me harían una última eco por si se hubiese encajado, en tal caso me mandarían a casa hasta presentar parto de forma natural. Todo esto contando que no me pusiera de parto antes...




Pero no. El 9 de enero a las 18h ingresé en San Juan de Dios lista para verle la carita a mi bebé al día siguiente, si no se había movido, claro.

Aquellos meses se me hicieron eternos, pero el tiempo pasa y ahora me doy cuenta de lo rápido que pasó y de la suerte que tuve.  

Salu2

lunes, 26 de mayo de 2014

El embarazo (1a parte)

1er Trimestre

En la entrada anterior dediqué "dos palabras" al inicio del embarazo, sensación rara y cansancio. Para mí esto define muy bien mi primer trimestre.

Lo primero y más curioso que recuerdo es que desde el momento cero, es decir, incluso antes de saberlo, ya no podía dormir boca abajo. Yo siempre, siempre he conciliado el sueño durmiendo boca abajo, en cuestión de segundos en esa posición me quedo frita. En el mes de mayo del año pasado comencé a quedarme dormida boca arriba... en aquel momento no fui muy consciente y tarde como un mes en darme cuenta que ya no dormía en la posición que tanto me gustaba. Dicen que al principio del embarazo no afecta la posición en la que duermas pero yo no me sentía cómoda y me era totalmente imposible ponerme así. 

¿Y por qué hablo de la posición en la que dormía? pues porque me pasaba el día durmiendo, si, toooodas las horas que me era posible dormir, yo dormía. En el viaje de novios decidimos hacer ruta en coche por Escocia, pues era subirme al coche y quedarme dormida. Mi marido el pobre, aburrido como una ostra siempre al volante con una marmota al lado, hasta que no vimos el positivo en el test no entendimos mi afición a dormir en el coche. Al volver a casa y empezar de nuevo a trabajar la cosa no mejoró, me quedaba dormida antes de cenar en el sofá y por las mañanas me costaba mucho arrancar. En esos primeros meses era imposible ver una película entera o salir a cenar el fin de semana conmigo, no exagero de verdad, el sueño me vencía. Esto me duró hasta el quinto mes de embarazo, que no sé si se me pasó ese cansancio exagerado o que como disponía de más horas para dormir iba más que servida.

Lo de la sensación rara es como llamo yo el estado de mi cuerpo, es decir, yo me sentía a mí misma diferente. Es muy difícil de explicar esta parte, espero que a otras os haya pasado y me entendáis ya que definirlo mejor creo que es imposible XD Era yo misma pero mi cuerpo no era el mismo... 

Lo normal es que el pecho sufra ciertos cambios durante el primer trimestre, normalmente crecen, están más sensibles o incluso pueden doler, los pezones se oscurecen y se agrandan. En mi caso la talla no aumentó en todo el embarazo y apenas noté dolor o mayor sensibilidad. Los pezones se oscurecieron pero fue pasado los primeros meses. 

No pasé por antojos ni tuve ascos a comidas u olores, lo cual me vino genial para poder comer de todo sin problemas. El tema comida está bastante restringido hoy día pero yo tengo que reconocer que mi ginecólogo era bastante permisivo, además según él si compraba las marcas de siempre no tenía por qué abstenerme... aun así no comí nada que no estuviera lavado y cocinado antes. Lo que más eché de menos fue comer sushi.

Por suerte para mí no tuve ningún tipo de sangrado, ni el de implantación, que hay quien lo tiene. Lo que sí noté fueron cambios de humor bastante bruscos... pero no de "pues ahora me enfado" más bien en plan llorona, cualquier película, serie, comentario, foto, etc. me podía hacer llorar. Vamos que estaba muy sensiblona.

Eso es todo lo que recuerdo en cuanto a síntomas.

Como gracias a mi empresa tengo seguro privado, decidí llevar el embarazo con mi ginecólogo habitual y no ir a la SS salvo caso excepcional. Esto me venía bien para poder ver a mi bebé todos los meses ya que por la SS si no me equivoco sólo te hacen tres ecos en todo el embarazo y además, yo que era muy tontina para enseñar mis partes, me sentía más a gusto con ese señor mayor que ha tratado a toda mi familia y con el que llevo ya unos añitos. 

La primera visita fue en la semana 8 en la que nos confirmaron que efectivamente estaba en estado y en la que nos advirtieron de los riesgos que existían y los % de embarazos fallidos en el primer trimestre... salimos de allí un poco tocados, la verdad.


Después de esto compartimos la gran noticia con los futuros abuelos y tíos (por ambas partes) como ya expliqué en la entrada anterior. 

Pasaban las semanas y no teníamos visita hasta la semana 12 pero mi barriga iba en aumento, no por peso (ya que aumentaba un kg por mes) pero crecía más de lo que esperaba y yo me ensanché mucho enseguida, empecé a no poderme poner muchos de mis pantalones. Al final antes de finalizar el primer trimestre informé en el trabajo de mi estado, pronto iba a ser muy evidente.


Fuimos a ver al gine al finalizar el primer trimestre, todo iba estupendamente bien y el feto crecía sin problemas. El Triple Screening había ido muy bien y no eran necesarias más pruebas. Después de esta visita anunciamos al resto de familiares y a los amigos la feliz noticia.



2do Trimestre

Mis síntomas en el segundo trimestre fueron poca cosa, la verdad, me encontraba estupenda. Seguía con mucho cansancio y por consiguiente aún dormía muchas horas. Algunos días sentía punzadas en la zona del útero, el ginecólogo decía que era normal ya que el útero se estaba expandiendo, era molesto pero no llegaba a ser doloroso. Comencé a sentir cierta presión (sin ser exagerado) en la zona pélvica y luego supimos que era el bebé que estaba allí posicionado. Me salieron bastantes granitos por la espalda y la frente, pero ni rastro de estrías. El peor síntoma fue el estreñimiento que comencé a sufrir y el mejor llegó en la semana 22 cuando comencé a ser consciente de los movimientos de mi bebé.

Siguiendo con el relato en el tiempo os cuento que volvimos a vernos en agosto, en la semana 16 con la esperanza de saber si sería un niño o una niña pero no se dejó ver, lo que si pudimos saber es que ya estaba en posición de salida y de ahí que yo notase la presión tan abajo. No dejo la eco ya que nos la hicieron de cara y no se aprecia mucho. Quedamos en vernos para la eco de la semana 20, la morfológica y según nos dijeron la eco más importante ya que se miran todas las zonas del bebé para asegurarse que todo está bien, en esta sabríamos seguro el sexo.




Llegó el día tan esperado, íbamos nerviosos por saber que nuestro bebé estaba bien y por conocer al fin el sexo. Ya teníamos los nombres decididos, Emma si era niña y Ferran si era niño. 

Esta ecografía especial nos la hacía otro ginecólogo que pasa consulta justo al lado del habitual, al parecer es el que suele hacer la morfológica en ese centro. El hombre muy amable nos explicó en que consistía aquella ecografía y nos dijo que ibamos a estar un ratito. Me dijo que antes de empezar con el bebé miraría el cuello del útero (eco vaginal) para hacer la medición, que era algo protocolario y que no tardaría más de unos segundos... pero pasaron segundos y varios minutos y el doctor no nos decía nada ni tampoco empezaba con la otra ecografía. Yo empecé a ponerme nerviosa, mi marido me miraba con cara de no entender nada y finalmente pregunté si ocurría algo. El hombre apartó la mirada del monitor y con pesadumbre me preguntó si nunca me habían mirado el cuello del útero o me habían informado de una anomalía en él, a lo que yo contesté que no, nunca. Volví  a preguntar que ocurría y esta vez su respuesta fue que no encontraba mi cuello del útero, que era muy corto o casi inexistente. Yo empecé a asustarme y a ponerme cada vez más nerviosa y pronto las lágrimas empezaron a descender por mis mejillas, mi marido intentaba consolarme sin mucho éxito ya que se veía que él también lo estaba pasando mal. Lo peor de todo es que para ser sincera en aquel momento no entendía que significaban aquellas palabras, así que no entendía del todo lo que ocurría, yo sólo quería saber si mi bebé estaba bien pero si le daban tanta importancia a ese asunto significaba que había peligro para el bebé, eso era lo único que sí entendía.



Como mi ginecólogo estaba en la consulta de al lado, lo llamaron. Vino al segundo y me hizo otra eco vaginal él mismo para comprobar lo que le decía su colega. Su cara reflejó que el otro doctor no se había equivocado por mucho. Nos dijo que no nos pusieramos nerviosos, que no eran buenas noticias pero que ibamos a intentar tirar para adelante el embarazo, nos dejó con el otro doctor para hacer la ecografía morfológica al bebé y nos dijo que cuando acabasemos pasaramos a su consulta y nos explicaría en detalle de que iba el asunto. 

Como os podéis imaginar nos quedamos chafados el resto de la ecografía y sinceramente apenas nos dimos cuenta cuando pasó con el ecógrafo por la zona genital y nos enseñó los testículos de nuestro futuro niño, tardamos varios segundos en reaccionar y ahí volví a llorar. 

Cuando nos dio los papeles aprovechamos para preguntar por el tema del cuello del útero ya que estábamos muy nerviosos y no podíamos esperar. Nos explicó que un cuello del útero normal en la semana 20 suele ser de entre 4 o 5 cm, podía ser incluso más largo y que este cuello sirve para de alguna manera "sostener" al bebé, este cuello a medida que avanza el embarazo y ya hacia el final se va acortando (borrando) hasta desaparecer para desencadenar el parto. Mi cuello en la semana 20 era de 8mm, según él jamás había visto un cuello tan corto y no entendía como seguía adelante el embarazo en aquella situación ya que lo normal es que hubiese tenido ya un aborto.

Salimos de su consulta hacia la sala de espera más muertos que vivos, se nos había caído el alma a los pies y no pudimos reprimir los sentimientos. Nos quedamos allí sentados, abrazados y llorando mientras esperábamos que mi ginecólogo nos pudiera atender. 

Al cabo de un rato (no sé si corto o largo) nos hicieron pasar y al ver nuestra cara entendió que el colega nos había "informado". Nos explicó más en profundidad el asunto pero venía a ser resumido con lo que el otro ya nos había contado. Nos dijo que el cuello del útero no se mide hasta la semana 20 si no hay antecedentes de problemas y que como yo no los tenía no habían controlado este asunto antes. Nos dijo que con 8mm era imposible ya practicar un cerclaje y que sólo podíamos hacer una cosa, reposo absoluto. Fue sincero con nuestras probabilidades de éxito... pocas, muy pocas. Al estar de pie la gravedad hace su función y el bebé presiona el cuello del útero,  mi hijo desde los tres meses se medio encajó en el canal de parto ya decidido a salir, lo cual empeoraba las cosas. Con el reposo absoluto salvo para ir al lavabo y ducharme tres veces por semana pretendíamos que el cuello no se acortase más. Nos dijo que si conseguíamos llegar a la semana 28 la probabilidad de que el niño viviese eran altas pero que si nacía antes la cosa se podía resumir en un aborto tardío.

Salimos de allí llorando, recuerdo que tenía miedo de moverme, de estornudar, puede parecer tonto pero cuando me dijeron aquello pensé que con cualquier movimiento podía desencadenar en la pérdida de mi bebé. 

En esos días estábamos viviendo en casa de mis padres ya que teníamos el piso en obras por la cocina y el baño. Al llegar recuerdo sentarme en la mesa de la cocina, mi madre estaba toda emocionado por saber si sería un niño o una niña y cuando vio mi cara supo que algo no iba bien. Les explicamos lo que ocurría entre sollozos y me ofrecieron quedarme en su casa durante el resto del embarazo, así no estaría sola en ningún momento y podría hacer el reposo absoluto 100%.

Y así empezó mi "crisis" del embarazo. 

Como este post se está haciendo larguíiiiisimo voy a dejar la otra mitad del embarazo para el siguiente, además son ya casi las doce de la noche y tengo que aprovechar las horas que el enano duerme para dormir yo y ya voy tarde!

Salu2